viernes, 17 de junio de 2011

Gorilas

Resurgimiento de gorilas luego del bombardeo a Plaza de Mayo y del derrocamiento de Perón.

           La más perfecta denominación que, en mi opinión, haya dado la política argentina. Nada mejor para decir tanto con tan poco. Una palabrita. Sin embargo, apenas alguien es señalado así sabemos de que se trata (podemos llegar a hacer la excepción de cuando el peronismo,  espacio del que surge el término, critica a la izquierda). Pero, habitualmente, nos sirve para entender. También se les puede aplicar a muchos peronistas, basta escuchar un rato al Teniente General Duhalde para convencerse. Pero quedémonos con la palabra, Horacio Gonzales define al gorila como aquel que “piensa desde un prejuicio”.  Quedémonos con eso. Ya que como vimos antes, no es aplicable de acuerdo a las ideologías (Norte-Américo  Ghioldi (1) era un socialista bien, pero bien, gorila por ejemplo).
            Pensar desde un prejuicio. Apuesto a que cualquiera que lea esto se le vienen varios ejemplos cotidianos a la cabeza. Los prejuicios pueden ser de distintos tipos: religiosos, étnicos, socio-económicos. Aunque para nuestro personaje, es, esencialmente, una cuestión de clase. Acá el problema es el negro. Los cabecitas negras de Eva Perón, los migrantes internos de la década del 40. Aunque, permítasenos el anacronismo y veamos como el gorilismo precede a la creación del término;  los migrantes externos, esos españoles, tanos, rusos, etc. que venían  en busca de pan y trabajo también fueron recibidos con el mismo encanto gorila. Eran esos tipos que venían a contaminar a la “raza” argentina. Lo mismo podríamos decir en la actualidad con el odio a bolivianos, peruanos, paraguayos, con quienes el odio del argentino “bien” (se autodenominan así, los argentinos de bien, la gente bien, las familias bien y cuanta combinación se les ocurra con la palabra bien)  se ensaña con una crueldad particular. La explotación y  el hacinamiento al que son sometidos los recién llegados (desesperados, no olvidemos) es una muestra de ese odio.
            Pero lo bueno del odio gorila es que tiene para compartir. Porque la gente del interior (todo tiene interior, si sos de Buenos Aires, el interior son las provincias; si sos provinciano hay también alguien del interior que es menos que uno)  también recibe su dosis. El gorila rural, purísima expresión de la especie, siempre tiende una mano al desempleado del campo, permitiéndole trabajar durante las cosechas en condiciones envidiables (para un habitante del infierno del Dante, para cualquier otro es trabajo esclavo).
            Lógicamente, el gorila está en contra de todo tipo de Gobierno Populista. Y entienden por populista cualquier política que otorgue  a través del Estado alguna especie de asistencia social. El Estado no está para esas cosas. Para ellos, el Estado es, o debería ser, un Gendarme; debe estar listo para castigar a aquellos que osen intentar tomar algo, la más mínima parte de la Propiedad Privada, que como no podía ser de otra manera, la concentran ellos. Son las clases propietarias, por lo tanto manejan los factores de producción, ergo,  dan o quitan el trabajo, manejan los precios y los salarios (suponiendo que impere su Estado Gendarme). Y aquí, en Argentina  y en buena parte de América Latina, el factor de producción por excelencia es la tierra. Ellos son dueños de la tierra. Y, de yapa, de lo que esté encima.  De aquí que ellos son la Patria, porque la Patria es la tierra. Todo les cierra perfectamente, en la tenencia de la tierra encuentran su justificación, la justificación de su dominio.  Ellos, así, son el Campo, son la Patria.
            La Iglesia, fiel representante de Dios (¿cabe la más mínima duda de esto?  Bergoglio debe chatear con Dios a diario…) los bendice y los reconoce en su posición. Para redondear la ecuación están las Fuerzas Armadas, que fueron los garantes de que el Estado efectivamente haya sido el gendarme que los gorilas necesitan (con la única excepción del gobierno de Carlos Menem, ahí  fue el propio pueblo el que se cavó la fosa).
            Llegamos a una fórmula interesante: La Iglesia, el Campo (con mayúscula) y el Ejército. Dios, Patria y Hogar.  Este nefasto slogan, heredado del Franquismo, justifico las atrocidades, conocidas por todos, llevados a cabo por la última dictadura cívico-militar. Pero dentro de las atrocidades está, justamente volver a centrar al agro como industria fundamental del país. Nuevamente privilegiando a la clase propietaria de la tierra en desmedro del resto de la población (que de por sí ya está en desventaja con la clase propietaria). Este modelo económico y social es el que persiste hasta nuestros días, es el que defendió con uñas y dientes en el debate por la famosa resolución 125 en el 2008 la bendita clase media argentina. Ahí se pudo ver bien, sin ningún tipo de antifaz, que piensan de la distribución de la ganancia (sí, de la ganancia, nadie les toco su Sacrosanta propiedad) un sector importante del país. Muchos de ellos se sumaron enfurecidos a los cacerolazos del 2001-2002. Claro, los ahorros. Diez años de Menemismo, de enajenación de los bienes del Estado,  empobrecimiento generalizado, corrupción a más no poder, una Corte Suprema adicta, y... nada, ni se mosquearon. 1 a 1 y todos contentos. Pero claro, la plata de ellos sí vale el reclamo, los demás, que se arreglen. 
            Ellos eran los que festejaron el voto no positivo en el Monumento a los Españoles  y en varios lugares más del país. Aquí recordaré, con dolor, que también hubo sectores de la izquierda por esos días apoyando al “Campo”, o sea, a la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentina, y más llamativamente, ConiAgro  y la Federación Agraria (se ve que Alcorta se quedó mudo).  No pensamos que volveríamos a ver ese tipo de juntas, ocurridas por primera vez por las décadas del 40 y del 50 cuando el Partido Comunista y el Partido Socialista marchaban junto a los sectores más recalcitrantes de la sociedad contra el Peronismo.  En ese momento fue que el término gorila se le aplicó a gente de “izquierda”.
            Para ir concluyendo, retomamos la definición de Horacio Gonzales, “pensar desde un prejuicio”.  Esos prejuicios hieren diariamente a nuestra sociedad, la corroen, generan violencia (la que después le achacan a sus odiados negros), impiden cualquier tipo de progreso. Y lo peor, es que es todo por plata. Por tener un poco más  (aquí “poco” es inexacto) parecieran ser de otro planeta. No desconocemos lo que ellos piensan de gente que, como nosotros, trata de mostrarles su egoísmo avasallante. Creo que el genial Enrique Santos Discépolo los interpreto de maravillas (aquí nuevamente les pedimos permiso para el anacronismo, todavía no se llamaban gorilas en 1928) en su tango “Que vachaché” (2):

Piantá de aquí, no vuelvas en tu vida.
Ya me tenés bien requeteamurada.
No puedo más pasarla sin comida
ni oírte así decir tanta pavada...

¿No te das cuenta que sos un engrupido?
¿Te crees que al mundo lo vas a arreglar vos?
Si aquí ni Dios rescata lo perdido!
¿Que querés vos? ¡Hacé el favor!...

Lo que hace falta es empacar mucha moneda,
vender el alma, rifar el corazón,
tirar la poca decencia que te queda...
Plata, plata, plata... plata otra vez...

Así es posible que morfés todos los dias,
tengas amigos, casa, nombre... y lo que quieras vos.
El verdadero amor se ahogo en la sopa:
la panza es reina y el dinero Dios.

¿Pero no ves, gilito embanderado,
que la razón la tiene el de más guita,
que la honradez la venden al contado
y a la Moral la dan por moneditas?

¿Qué no hay ninguna verdad que se resista
frente a dos pesos moneda nacional?
Vos resultás, haciendo el Moralista,
un disfrazao... sin carnaval...

¡Tirate al río! ¡No embromes con tu conciencia!
Sos un secante que no hace ni reir...
Dame puchero, guardate la decencia...
¡Plata, plata, plata! ¡Yo quiero vivir!

¿Qué culpa tengo si has piyao la vida en serio?
Pasas de otario, morfas aire y no tenés colchón...
Que vachache? ¡Si hoy ya murió el criterio!
Vale Jesús lo mismo que un ladrón...

1.                  Américo Ghioldi (1899-1985) fue un dirigente del Partido Socialista. Fue miembro de la Junta Consultiva Nacional durante la Revolución Libertadora en representación de su partido. Luego formó parte de la escisión del Partido Socialista y fue parte del Partido Socialista Democrático. Fue  embajador durante el Proceso de Reorganización Nacional.

2. “Que vachaché” interpretada por el gran Carlos Gardel. 

10 comentarios:

  1. Fabricio J. Marroni19 de junio de 2011, 4:12

    Uff, por donde empezar... la nota toca muchisimos puntos para discutir largo y tendido jeje... Voy a intentar hacer un bosquejo de lo que pienso con respecto a uno de ellos, y no crean que la tengo tan clara eh, por supuesto que estoy lleno de contradicciones (¡quien no!)...

    No comparto la idea de un solo Campo, me parece que la estructura agropecuaria de nuestro pais es bastante compleja como para encerrarla dentro de un solo termino, creo que es una de las falsas antitesis propuestas por este Gobierno para polarizar a la sociedad argentina (Gob VS Campo, Gob VS Clarin, pegarle al Gobierno es hacerle el juego a la Derecha (chan!))... No es lo mismo Benetton con su millon de hectareas en la Patagonia, GroboKopatel en Entre Rios, el mediano y pequeño productor de soja en la provincia de Santa Fe, Buenos Aires, La Pampa o Santiago del Estero o el productor tambero, arrocero, algodonero, etc. Ni que hablar de los grandes pooles de siembra, una novedad que se ha desarrollado en los ultimos años... En nuestro pais siguen existiendo los grandes terratenientes, heredados de nuestro pasado feudal. Creo que cobrarle un 30 o un 40 por ciento de retenciones a todos los productores de soja, sin diferenciarlos, no es solucion a nada, es mas, creo que empeora la cuestion, ya que fomenta la concentracion de la tierra por parte de los mas grandes... Por eso estuve en contra de la 125.. Me parece que la solucion para el problema de la tierra en Argentina es una profunda Reforma Agraria, donde se expropie esa tierra usurpada por unos pocos (ya que nos pertenece a todos) y repartirla entre los que la trabajen o quieran trabajarla. (perdon por no poner los acentos pero el teclado no esta bien configurado jeje)

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  2. Fabricio, gracias por comentar. Nos agradan este tipo de comentarios porque nos permiten entablar un intercambio de ideas sobre temas que, a nuestro entender, son centrales. Sobre todo porque nuestra intención inicial era la de generar debates colectivos ya sea tanto dentro de la facultad como fuera. Si bien es sabido que no es una tarea fácil esperábamos, tal vez ingenuamente, mayor éxito en este sentido.

    Respecto al tema que venimos tratando, la resolución 125 no cobraba una tasa fija de retención a todos los productores sino que establecía una diferenciación respecto a cantidad exportada y al producto en cuestión (la soja no es un tema menor). Sobre la dualidad Campo-Gobierno, según recuerdo, fue planteada sobre todo por los medios masivos de comunicación. Y convengamos que respecto a la diferenciación entre pequeños, medianos y grandes productores; hubo una cohesión bastante importante lo que dificultaba su distinción. Insisto la alianza entre la Federación Agraria Argentina que teóricamente representa a los pequeños productores con el CRA y la Sociedad Rural fue por demás llamativa. Hay que tener ganas, y estomago, para compartir una mesa con Miguens. Otra cuestión que nos interesa señalar es que se categoriza como pequeño productor a aquel que posea menos de 500 hectáreas lo cual si bien es insignificante comparado a los grandes pooles de siembra, son suficientes para sostener un nivel económico medio-alto. La oposición que tuvo esta medida es llamativa, sobre todo en el ala izquierda de esta extraña coalición, ya que la convocatoria e iniciativa para eliminar impuestos altamente regresivos (el IVA por ejemplo) es escasísima.
    Pasando al tema de la Reforma Agraria de la que haces mención, la coyuntura hace imposible pensar en ese tema. Tanto por un Gobierno que no parece dispuesto a ello, ni por un Pueblo que si fue tan reaccionario ante una tibia medida redistributiva de la ganancia menos aun va a apoyar la distribución de la riqueza.
    Bueno, dado que el tema da para mucho más invitamos a todos los que quieran a sumarse.

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  3. Muy buen texto juan! Comparto la idea de que en esta sociedad actual no es posible una reforma agraria como tal y la veo mas como una utopia.

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  4. Yo, para variar, no entiendo algo... Partiendo de la convencion aqui planteada de que ser gorila es "pensar desde un prejuicio", no entiendo su relacion supuestamente logica con estar en contra de "cualquier política que otorgue a través del Estado alguna especie de asistencia social". Es mas, hacer esa afirmacion me parece prejuiciosa en si.
    Personalmente estoy en contra de la mayoria de esas politicas, pero no por algun prejuicio si no mas bien por una cuestion bastante mas juiciosa. Digamos, dar asistencia social (y SUPONIENDO que es otorgada sin favoritismos y a cambio de nada) genera dependencia. Eso es indiscutible. Esto esta bien si sos gobernante y queres tener votantes comiendo de tu mano. Distinto es invertir y generar trabajo y educacion que den libertad a las personas.
    Con respecto a la 125, ya Marroni reflejo bastante mi opinion.

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  5. Ramiro: estoy bastante de acuerdo con tu descripción de gorila y, en general con todo el post. Por consiguiente voy a cntestarle algunas cositas a Fabricio. Como bien dijera Juan, la antinomia Gobierno vs Campo no fue un armado oficialista, sino todo lo contrario. La banalización de las palabras es uno de las mejores armas que tiene el poder para alienar conciencias, y cuando hablo de poder, no me refiero al gobierno precisamente. La 125 fue defectuosa desde un principio, pero a lo largo de los 4 meses que duró el conflicto con las patronales del campo, se fue nutriendo de algunas enmiendas que la fueron haciendo más convenientes para el mediano y chico propietario o arrendatario de la tierra y cre que luego quedó bien claro que no era lo mismo grobokopatel que don José con 100 Hs., pero sin embargo vos lo seguís repitiendo como si de eso se tratara y no es así. También reafirmando lo que dijo Juan, plantear una reforma agraria en argentina de hoy excede cualquier utopía.
    Yendo ahora al planteo "bastante más juicioso" de Joaquín es, en su misma enunciación un prejuicio. Es una simplificación tan burda como "el que mata debe morir" de Susana. Dicen que no hay nada más gorila, que un burgues asustado, y algo de razón hay en eso. Con todas sus imperfecciones, que son variadas y bastantes, este es el gobierno que yo recuerde, que ha invertido, generado y propugnado más trabajo, educación y libertad a las personas. No vamos a empezar con los numeritos de cuanto de cada cosa, pero eso no quita que la enfermedad esté curada ni siquiera controlada. El clientelismo existe desde el amo y el escavo y eso no depende de un gobierno sino de un sistema desigual del cual formamos parte todos y lo hacemos entre todos, con beneplácito o sin él. Y si, yo creo como Ramiro, que estos debates son positivos, que deberán darse más cotidianamente, que genera ideas renovadoras -o no tanto- pero, si lo pensás bien, son las mismas herramientas que se utilizan desde distintos sectores para hablar de crispación, desacuerdos y cuanta pavada más se diga. Si vaos a analizar todo desde las tapas de los diarios ideologizados sin ponerle nada de nuestro lado, estamos perdidos. Si vamos a analizar todo desde la doctrina más pura también, la vida, la que viven hoy todos los argentinos, no es homogénea, así como yo escribo a las 5 de la mañana antes de irme a trabajar, habrá quienes esten de putas y otros tratando que el frio no mate sus seres queridos arropandolos con diario, por eso en ese sentido (y voy a usar una palabra que odio) hay que ser pragmáticos y tratar de ver que no hay una única solución para un problema, porque nunca el problema es igual para todos y aquí te lo digo con un convencimiento que defrauda mis propias expectativas como ser humano, no todo el mundo es capaz de ver y mucho menos de resolver de forma creativa o no, los conflictos que se plantean en realidades diversas como de las que hablamos. Hay gente que por más fuerza que haga, no logra distinguir jamás un árbol de un bosque, y ni que hablar de determinar los distintos tipos de familias herváceas que lo componen. Vos suponés que hay algún escrito que te de la totalidad de ese conocimiento, no. Porque si sabés de botánica tal vez te falle la vista e igualmente no lo distingas a menos que te acerques pero si te acercás perdes perspectiva y así.
    Me estoy llendo por las ramas de un árbol que ni siquiera se el nombre.
    Un gusto compartir con ustedes distintos puntos de vista de un bosque que, pensandolo bien, ni siquiera se si es el mismo.

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  6. Daniel, habiendo tomado con sano y conciliador humor la comparacion con Susana, te contesto. Si, es cierto que el clientelismo depende mucho del sistema desigual del que se es parte. Si, tambien es cierto que el gobierno aprovecha tal desigualdad, cual sistema electrico aprovecha una desigualdad de potencial. No recuerdo un gobierno que no lo haya hecho, pero este se lleva el primer puesto. Esta muy bien solucionar problemas urgentes, pero tambien hay que crecer o la torta un dia se termina. Y en cuanto a la libertad que supuestamente promueven, supongo que no te referis a la libertad de expresion de medios opositores o consultoras privadas no? supongo que no

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  7. Joaquín, cuando en el texto decimos que el gorila está, básicamente, contra todo tipo de política asistencial, lo decimos por lo que solemos escuchar en los ambientes de clase media en los que vivimos. Y esto no sorprende, porque históricamente la clase media ha sido muy reaccionaria contra este tipo de medidas. Habitualmente los argumentos para estar en contra son algunos de los que enuncias vos: es demagogia, que por qué mejor no dan trabajo, etc.
    Con respecto a la demagogia, la verdad que cuesta distinguirla de la buena fe. Si un gobierno hace algo por los que menos tienen es demagogo. Si no hace nada ¿qué sería?
    Con lo relativo a la generación de empleo para dignificar a los desposeídos que están al margen del Sistema (en mi opinión es el propio Sistema la causa de los problemas), deberíamos tener en cuenta que este es un país no industrializado, que la industria que supo tener sufrió las políticas neoliberales que empujaron a la Argentina a su vieja modalidad Agro-Exportadora y esta no requiere mucha mano de obra en comparación a los procesos industriales. Entonces, el trabajo no creo que pueda surgir de la nada. Sumado a que cuando en nuestra historia hubo traspasos de ganancias del agro a la industria (no me refiero sólo a la intención de cobrar retenciones a las exportaciones en 2008), nuevamente el reclamo contra el gobierno que implemente esta política. Así encontramos la contradicción, no a la asistencia social, sí al trabajo; pero también no a la transferencia de ganancias del agro a la industria para generar trabajo. Lógicamente no es el Agro el único sector que genera grandes riquezas, estoy totalmente a favor de que sea el Estado Argentino aquel que explote su subsuelo, que se regule la actividad financiera, etc.
    Respecto a lo que decís sobre la libertad de prensa, es curiosísimo cómo nos enteramos que no hay libertad de prensa en la tapa de los diarios de mayor tirada y en el prime time de la televisión.
    Daniel, aunque comparto que hay que ir buscando soluciones a la diversidad de problemas de forma pragmática (a mí tampoco me agrada), no lo tomo con resignación. Sé que, mayormente, estamos discutiendo distribuciones de la ganancia que están lejísimo de lo que soñamos y que acá no está en juego el Capitalismo en sí, a mí entender el problema. Pero no por eso creo que debamos dejar de pensar y creer en las utopías.
    ¡¡Gracias a ambos por participar, y esperamos que sigan haciéndolo!!

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  8. Juan: Jamás renuniaré a las utopías, con ellas transito la vida, pero no me podés negar que en el estado en el que vivimos, con la clase media que tenemos -y de la que formamos parte-, mal podemos plantearnos una reforma agraria. Baste recordar el conato de golpe de estado que se generó con cacerolas en mano frente a la quinta de Olivos y los carteles que portaban los inocentes vecinos que salieron a defender un modelo del siglo pasado ("andate con Chavez Conchuda", por ejemplo.
    En cuanto a la libertad de expresión, no voy a repetir lo que bien explicaste vos, la llemos en la tapa de los diarios, pero acá voy a introducir una variable que seguramente va a despertar a más de un distraído y que suena mal pero dejenme explicarla. Todo tiene un límite.
    Si yo descontextualizo, cuando no invento información, no estoy informando y si estoy utilizando esa enorme herramienta que es la comunicación para dar a conocer un punto de vista particular, con intereses particulares, entonces no estoy haciendo lo que promulgo, no estoy informando, estoy formando opinión. Lo mismo ocurre con las consultoras que debedría escribir dos hojas para que entiendas pero voy a intentar ser breve. Con el mismo criterio de las publicaciones periodísticas, vos podés descontextualizar cualquier información y eso es lo que se hace cotidianamente con el INDEC. Quienes no tienen que ver con las estadísticas o no las utilizan profesionalmente hace unos años ni sabían para que servía e INDEC. Como sucedió este cambio?, sencillo. El INDEC era una cueva de ladrones en la que aquellos que tenían (y eran muchos) acceso a la información clasificada que se maneja en el instituto, que cuesta una enormidad de guita elaborarla y el trabajo de miles de personas, sencillamente las vendían. Acá hay que aclarar, que no existe forma economicamente aceptable de generar la info que genera el INDEC en ninguna oficinita de ninguna multinacional por más patrocinio que se tenga porque es carísima, porque es complejísima y aparte, porque esa información en su gran mayoría, es secreto de estado. Los lectores de a pie solo consumimos una pporción muy pequeña de la info que se prcesa en el INDEC y casualmente es la que "ahora" son noticia. Como no conozco ningún fumón que divulgue donde consigue su pedazo, los medios y las grandes corporaciones que se beneficiaban de esos datos que le eran imposibles de conseguir sino a traves de filtraciones, se encontraron conque el único proveedor de faso les ceró el grifo y comenzaron a notarse seriamente los síntomas del sindrome de abstinencia. El INDEC jamás en su puta vida elaboró un índice de inflación, pero la noticia es "para le INDEC la inflación de xxx es de...". ¿De que hablan? ¿Que nos quieren vender? ¿Que nos venden cotidiamamente desde hace tres años? Basura, carne podrida, mierda envuelta en papel de regalo que dice "El índice Moreno", y nosotros compramos, todos. La ley de medios K, Campo vs. gobierno, Megacanje, La crisi de cobró dos nuevos muertos, siempre fueron titulares que fueron hechos a la medida de nuestros deseos propios o inducidos, pero reconozcamos que fueron MENTIRAS. Sino estamos en el horno.
    Por hoy, sufi.
    Abrazos

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  9. Hay varios puntos Juan. Tratare de contestarlos segun orden de aparicion.
    -calificar a alguien de gorila "por lo que se suele escuchar en tal o cual ambiente", es un prejuicio contra tal o cual ambiente, y contra el supuesto gorila.
    -no es solo la industria la unica fuente de trabajo.
    Dinero evidentemente hay (gracias al mercado internacional, obvio), cosas para hacer en la sociedad tambien hay. Si juntas ambos hechos, he ahi una fuente de trabajo.
    Ejemplo: reactivacion de ferrocarriles. Claro que eso haria enojar a los amigos del Gremio de gremios, pero bueno, es un ejemplo.
    En definitiva, poco importa la actividad a desarrollar. Es mas bien algo simbolico si se quiere, y a la vez educativo. Para adelante se va si empujamos todos, y no hay que perder la cultura y amor por el empuje.
    -no entiendo el desprecio por el pragmatismo. Es sin duda la unica forma de resolver problemas sin estar ligado a intereses externos. Se hace lo que es mejor segun un cierto criterio y punto.

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  10. Disculpen, pero Grobocopatel Hnos. como el grupo Los Grobo, no son oriundas de Entre Ríos, sino del centro de la provincia de Buenos Aires, y es allí donde comenzaron y se expandieron (son de la misma familia ;) ). Hoy en día son, las 2, gigantes corporativos con una gran parte de capitales provenientes de Brasil.

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